En el año 29 a.C se funda la ciudad de León a caballo entre la legión VI Vitrix, que se instala en este territorio como base de operaciones para la campaña y la Legio VII Gemina, que en el 74 de nuestra era ocupa definitivamente el enclave para convertirse en la capital militar de la provincia hispania. El campamento romano corresponderían hoy casi con exactitud al casco histórico, innumerables restos como termas, acueductos, murallas, anfiteatros ...
En la Edad Media estuvo ocupada por los Suevos y los Visigodos hasta la entrada de los musulmanes en el siglo VIII. Reconquistada poco después por el yerno de Don Pelayo, Alfonso I de Asturias. En el año 910 el rey García I traslada la capital del reino de Asturias de Oviedo a León, comenzando la historia del Reino de León. A partir de aquí, nos convertimos en el enclave más importante de la sociedad cristiana en la Península Ibérica junto con Santiago, liderando la guerra contra los musulmanes, los reinos de Portugal y de Castilla.
Alfonso IX en 1188 instituye las primeras cortes europeas de la historia, celebradas en el Claustro de la Basílica de San Isidoro y en donde el pueblo tendría voz y voto. Hecho que en 2013 nos es reconocido por la Unesco bajo el título de Cuna del Parlamentarismo.
Fernando III unirá el reino a los territorios castellanos para dar origen a la Corona de Castilla, " Tuvo 24 reyes, antes que Castilla leyes".
Mientras se va construyendo la Catedral gótica de León, la peste negra asola Europa, y se ceba en España, especialmente en ciudades como la nuestra, que ya de por sí estaba atravesando una etapa de malas cosechas y que diezmó su población considerablemente, que sólo mejoraría con la llegada del siglo XV y la entrada del Renacimiento.
Y aunque la ciudad seguía ligada en gran medida a la muralla romana, continuó su desarrollo con el inicio de la construcción del Convento de San Marcos en 1515. Este impulso hacia la modernidad asistiría a un terremoto civil dentro de los límites castellanos, ya que en 1520 comenzaría la Guerra de las Comunidades. Este conflicto, surgido en oposición al rey Carlos I y de una forma especial en Léon, pues este conflicto sería aprovechando por la nobleza para solucionar sus diferencias a base de hierro y fuego.
Los siglos XVII y XVIII son para León una época de estancamiento en los que apenas crece la población debido a la ruralización de la economía y las epidemias que asolan el territorio. Si bien las obras del Convento de San Marcos terminan, así como otras como el Ayuntamiento o la Plaza Mayor.
Con el desembarco de los franceses en territorio español a principios del siglo XIX da comienzo una época para la ciudad de profunda transformación urbanística y económica. La Guerra de la Independencia verá el patrimonio de León saqueado y maltratado al igual que el de tantas ciudades españolas, es el caso de la exhumación y ultraje de los huesos milenarios de sus reyes. En 1833 León volverá a ser capital, esta vez en el marco del nacimiento de las nuevas comunidades, y más adelante, con la llegada del ferrocarril a finales de siglo la ciudad renacerá a la industria y se empezará a formar a su alrededor un importante nudo de comunicaciones para lo que será preciso un plan urbanístico que la modernice y expanda sus límites de las antiguas murallas hacia el exterior.
Estas transformaciones seguirán su curso a lo largo de los primeros años del siglo XX con el plan del Ensanche de la urbe. Vio la ciudad el comienzo de la guerra civil en el bando sublevado y supuso la década de los 60 un verdadero renacimiento demográfico y social como nunca antes lo vio, que vendría de la mano de la naciente democracia para hacer de ella una mezcla de expresiones artísticas y culturales que se reflejan y muestran con orgullo su historia y cultura milenarias por todos los rincones de la ciudad.
FOTOGRAFÍA CEDIDA POR FERNANDO GAGO.
MURALLA ROMANA, AÑOS 80. CARRETERA DE LOS CUBOS.