Es la iglesia más antigua de la capital del siglo X, construida bajo el reinado de Ramiro II El Grande, con la particularidad de levantar un monasterio para que allí viviera su hija Elvira. De la primitiva planta de cruz griega, sólo se conserva un crucero con arcos semicirculares y bóveda gallonada. Fue abandonado en la Alta Edad Media y continuó como iglesia hasta hoy, adscrita a la parroquia de San Martín, en pleno corazón del Barrio Húmedo.