En 1559 el noble Juan de Quiñones y Guzmán decide construir en los solares familiares una nueva residencia. Contrata para ello los servicios del arquitecto Gil de Hontañón, que imagina un espacio con tintes de fortaleza y se aparta del gótico imperante por aquellos tiempos para construir un edificio plenamente renacentista salpicado de tintes platerescos. Para dar cabida al proyecto se eliminan partes de la muralla y comienzan a levantarse los torreones y la fachada.
Dentro del palacio se encuentra un bello claustro en donde destacan los arcos de medio punto y sus columnas jónicas y el relieve repetido del icónico escudo familiar de los Guzmanes; un caldero del que sobresalen las cabezas de seis serpientes.
No verán las obras su fin hasta 1997 siendo hoy día la Sede de la Diputación Provincial de León.